
En este homenaje a mis otros en Querétaro se me ocurre pensar en aquella canción de Perales que hablaba de un pastel que se burló de mí tras un cristal.
¡Qué patético es tener lo que uno quiere al alcance de la mano y no poder tocarlo!
¡Qué triste y cuánta frustración de uno al no poder disfrutarlo!
Anoche leía a una tal Alejandra hablar del Deseo, del deseo de Lacan y del Deseo nuestro y decía entre otras cosa, que es distinto al querer. Lo que uno quiere es distinto a lo que de verdad desea.
Los homenajes al prójimo hacen que uno mire fotografías que parece fueron tomadas hace ya mucho tiempo, que recuerde olores, sabores, gustos, caricias, voces, suspiros y que también -por supuesto- se pregunte por lo que vendrá.
Hay a todo esto una ecuación casi inevitablemente seria: las cosas que ocurren, tanto pasadas como futuras, no son sino consecuencia de las decisiones que uno toma. Pocas cosas pasan por azar.
Es cierto que hay cosas, situaciones, momentos que se nos salen de control, se nos escapan de la mano como el agura y ante ellas y con ellas, poco o nada podemos hacer.
Pero la verdad es que la mayoría de las consecuencias de nuestros actos y nuestros no actos nos pasan factura: uno también puede pagar por omisión.
"Uno no sabe que sí sabe el origen de sus conflictos" decía el Manuel Guzmán. Uno se hace el ingenuo -a veces por gusto, otras inconscientemente- y se pregutna porqué y para qué carajo pasan las cosas. ¿De dónde le viene a uno tanta buena o mala suerte?
Ayer abrí una galleta de la suerte -gracias a Dios que existe la globalización (de lo contrario yo no sabría de su existencia ya que son chinas; y porque las galletas son virtuales)- y mi fortuna fue que <> Sí... yo nunca he dudado del amor; tengo dudas acerca de mí y de mi deseo.
La mayoría de los cuestionamientos tienen que ver conmigo mismo: no en afán Franziscocentrista sino más bien en un afán de búsqueda constante por ser mejor, por dejar de ser uno más. A nadie le gusta ser uno más: al menos a mí no.
Fz., en Querétaro echano fresh y agua, en mi cuarto con soledad.
Agosto 11, 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario