viernes, 31 de julio de 2009

Si pudiera dar marcha atrás, no cambiaría nada esta vez.


¿Cómo quieres ser mi amiga si por tí me perdería, si confundo tus caricias por camelos si me miras?


Deja que sepa más de tí... cómo haces el amor, con qué tomas el café.


Contamíname...


...mía, hoy serás mía por fin.


Si la muerte pisa mi huerto...


Volví a soñar con gente muerta.


Es el deseo lo que me tiene así (es la búsqueda de mi propio deseo lo que me tiene alienado, impávido, desestructurado, postergando, repitiendo).




Hoy empieza el segundo tercio de esta lidia llamada vida, de esta vida mía, la trompeta ha venido anunciando las banderillas y el picador, ha estado invitando a poner atención.


Mucha gente ha dicho que los 25 son importantes, que el primer cuarto de siglo de su vida, que luego de esto, los 30's están menos lejanos, que uno cambia, que uno crece, que uno madura.


¿Madurar significa caerse -como las manzanas de Newton- y darse cuenta de la fuerza de la gravedad? Porque si es así yo ya me di cuenta de cuánta fuerza tiene nuestro planeta y de cuánto daño nos puede hacer también la madurez.


En un estado de stand by permanente miro la vida desde la ventana de mi casa y mirándome al espejo me encuentro con una persona igual ( la envoltura ha cambiado pues pero en esencia, en ALMA sigo siendo más o menos el mismo y la gente que me conoce puede dar cuenta de ello) y eso me ocupa porque quiero tomar las decisiones por mí mismo y no por los demás.


En el entendido de que un Otro me dijo: este eres tú... ¡vive! he venido haciendo las cosas de a poco, deteniéndome poco o nada a preguntarme si lo que él quiere es lo que yo quiero. Si ser Chimal representa esto o lo otro.


La verdad es que no extraño las pedas ni las desveladas, he aprendido a disfrutar con otras cosas, las he desplazado si tú quieres pero es lindo despertar y no tener resaca.


Sé que la gente importante en mi vida me tendrá en su memoria el día de hoy y no lo hago en un acto de soberbia sino porque me lo han demostrado, han tenido el detalle de mandarme un mensaje, un correo, o una felicitación jaifabiana.


Si los nombro, dicen, más de alguno se puede ofender por no citarlos pero es lindo encontrarse con que hay gente para la que uno representa algo, importante o no es lo de menos, representar algo es ya lindo y saber que te piensan mejor aún.


¿Dónde estás tú?, me preguntaron en este día y yo respondí: yo estoy en el recuerdo de cada una de las personas que me piensan, ahí estoy yo.


Empieza otro año y empieza trabajando, acompañado de gente buena, de amor, de dicha, de familia, de amigos, de niños, de niñas que me dicen Felicidades.


Aún tengo cabello en la cabeza (las entradas se han detenido por lo menos), fumo más, duermo menos, casi no me emborracho -al menos no en los últimos tres meses-, a veces juego al futbol, amo la vida, me siguen gustando las mujeres, los niños y los borrachos.


Sigo leyendo a Sabines o a Serrat, sigo escuchando a Jose Ramón y a Guzmán, sigo platicando con Andrea y con Arnie. Todavía tengo mis fotografías y mis canciones.


Aún me gusta escribir y sigo amando el whisky. José Alfredo y Benedetti me siguen acompañando y mis amigos siguen siendo los mismos, aún cuando no estén conmigo.


Creo en la Psicología y en el Psicoanálisis como forma de vida -no cualquiera es candidato a psicoanálisis-, me gusta mi trabajo y disfruto un buen café.


Me gusta platicar contigo y soñar que duermo abrazado a tí.


Fz., en el Núm 25, en el cuarto de mis hermanas, con mi perro acompañándome y mi música inspirándome. En Corta, el 31 de julio del 2009.


Celebrando el sí cumpleaños o algo por el estilo.


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