México, México... (eme, e, acento, equis, i, ce y o)
"Pero sí yo ya sabía que todo esto pasaría, ¡cómo diablos fui a caer! Me re lleva la tristeza, qué desgracia, qué torpeza... ¡qué manera de perder!"
Se llena de ansiedad, le gana la emoción, se paraliza. Sí, el futbolista mexicano también vive en una especie de romance (con el técnico, con la victoria, con el mundial, con los medios y sobre todo, con la afición). El amor que viven las selecciones menores no está permeado por una historia de frustración, por el contrario, es un amor nuevo, renovado y natural. El futbolista mexicano profesional, no sabe ganar. Hay una premisa en psicoanálisis que dice "lo que no se elabora, se repite". México ha repetido derrotas en Columbus, contra Estados Unidos; en el Azteca contra Honduras y Costa Rica y se ha vuelto un especialista en historias dramáticas en octavos de final. La de ayer, fue la mejor. Seis minutos bastaron para que el rostro de Van Gaal se transformara y para que la del pueblo mexicano también.
"Pero sí yo ya sabía que todo esto pasaría, ¡cómo diablos fui a caer! Me re lleva la tristeza, qué desgracia, qué torpeza... ¡qué manera de perder!"
Supongo que ya casi todo está dicho acerca de lo que ocurrió ayer en Fortaleza. Y digo supongo, porque una vez que terminó el partido, apagué la televisión y huí, me fui, porque yo soy así, necesito estar solo para tramitar mis emociones. Seguramente ya todos los especialistas, periodistas, ex futbolistas y ex árbitros desmenuzaron el partido e hicieron una radiografía de la selección mexicana y del partido contra Holanda. Hay poco por agregar, máxime con todas las plataformas que existen, así como con toda la tecnología que ha llegado a este Brasil 2014.
Así pues, hablaré como psicólogo y no como gente que trabaja en los medios.En repetidas ocasiones, he argumentado que el futbol es un juego de emociones y que, siendo así, convoca a algo del orden de lo inconsciente. Lo inconsciente se pone de relieve sobre todo en las relaciones, es por ello que las relaciones en general muestran y demuestran aquello que de lo cual uno no tiene noticia; las relaciones amorosas son la muestra más clara. Pareciera, de pronto, que las relaciones amorosas son una invitación para dar rienda suelta a la locura. Lo bueno es que la locura es algo transitorio y como tal, pasará. ¿Qué tiene que ver el amor en el partido de ayer? Apelo a las relaciones amorosas como un modelo para explicar -desde mi perspectiva- el andar del seleccionado mexicano a lo largo de la historia.
El asunto con la participación de la Selección Mexicana en los mundiales, es que ilusiona y como la ilusión está llena de imaginario con un toque de simbolismo, seduce, enamora y cuando uno se enamora, se enamora de una totalidad, quiere todo del otro, aunque se enamore sólo de una imagen.A la mayoría de los intelectuales que critican la pasión desbordada por el futbol, se les pasa de largo esta relación y lo analizan simplemente desde la superficie. La imagen que el representativo nacional ha ofrecido en las últimas ediciones mundialistas encanta -a propios y extraños-. El aficionado mexicano, está entonces enamorado. Pero en el amor, uno se enamora de lo que no es -o al menos esa es la propuesta del psicoanálisis y es también mi argumento-. La selección mexicana no es -al menos no lo ha sido- una potencia en el futbol a nivel profesional. De a poco lo ha conseguido ser en selecciones con límite de edad, pero... al futbolista mexicano profesional le cuesta ganar.

¿Por qué nos sorprende que el futbol provoque lágrimas? ¿Quién no ha llorado por amor? En las últimas ediciones mundialistas, México ha tenido un Piojo, un Bigotón, un Vasco - en dos ocasiones-, ha tenido a Lapuente y a Mejía Barón. Ninguno ha hallado la respuesta y al final, ha tomado malas decisiones pero seamos realistas: el jugador profesional mexicano no sabe ganar. Esto tiene solución, por supuesto, pero por el momento, la parcialidad mexicana que gusta del futbol está en duelo y lo procesará según sus recursos. En lo personal, agradezco que el partido de Costa Rica haya sido por Sky. ¿Saben lo terrible que es pretender a una chica por 24 años y que se la lleve el vecino que además ha venido y se ha burlado en la casa de uno?
Trabajar en los medios, será terapéutico, pues en la vida, como en el futbol... hay revanchas. Habrá quien diga que esto no es para tanto, que es futbol, que es un deporte y tendrá razón, pero volvamos al origen, el futbol es un juego de emociones. Las emociones, como la locura, son transitorias. Así que... a darle a la vida, que no hay otra manera de dejar de repetir, que seguir intentando salir de esa posición, hasta lograrlo. La vida, el futbol y el kamasutra son asuntos topológicos, es decir... de posiciones. Como aficionados, tenemos el derecho de enamorarnos otra vez en Rusia 2018, ellos como profesionales del futbol, podrán perder o ganar, pero eso... eso es asunto de la Federeción, del técnico en turno y de los jugadores convocados. La vida sigue, mi vida sigue y la de estos muchachos también. A darle a la vida.
Fz. Junio 30, 2014.
Querétaro, Qro.