Digo, para que suene bonito, porque decir que la he vuelto a cagar suena un cuanto tanto más escatológico y menos elegante. Suena a que volví a tropezar con la misma piedra. "Benditos los que olvidan aunque tropiecen dos veces con la misma piedra".
Hacía tiempo que no me sentaba a escribir, que no me regalaba la oportunidad de desconectarme del Mensajero para dejar mis ideas en este tipo de papel virtual. Había decidido darme la oportunidad sólo de vivir y gozar y disfrutar y en lugar de leer la historia, escribirla, vivirla: sentir la brisa de la vida en mi cara.
Las circunstancias, en cambio, a veces lo obligan -aunque he de confesar que para mí estas obligaciones son tan placenteras- a escribir para decir que esto es de esta forma o de la otra.
¿Por qué, le preguntaba yo a Miriam, no hay cursos y diplomados para que una mujer de 38 años no le tenga miedo a un doctor?
¿Dónde, digo yo, le enseñan a uno a tomar con medida -me refiero a tomar en sus dos acepciones, tomar como hacer suyo y tomar como beber?
¿Por qué no hay cursos avanzados para adultos que no aprendieron a nadar de pequeños?
¿Dónde le enseñan a uno a no temerle a la muerte y ocuparse por la vida en lugar de preocuparse por algo que es, al final de cuentas, definitivo e irremediable?
Si la vida es ya un lapsus de la muerte y los lapsus dan cuenta de ese Ser que espera revelarse, ¿cuál es el temor por vivir?
"Me gusta la familia. Es una familia muy querida"
"Dios nos ha socorrido con enfermedades"
"No pasa nada, a todos nos ha ocurrido"
"Mentira, tú y yo no llevamos un año juntos. Tú y yo llevamos toda la vida juntos, sólo que nos prestamos con otras personas antes de encontrarnos. Tenían que adiestrarnos, domarnos y sobre todo, enseñarnos a amar, para hoy, poder tú y yo ser felices"
"Conózcanse mi'jo... conózcanse y sean directos. De nada vale una persona sin carácter y que no se muestra como es"
"Las resacas psicológicas suelen ser menos indulgentes que las físicas. Las físicas se quitan tal vez con un alka-seltzer y el amor de la familia. Las psicológicas, uno las recuerda aún después de años de análisis"
"Contigo lo tengo todo, no necesito más"
"A dormir tranquilos, no te preocupes, con una cirugía menor basta"
"Perdido: aparécete"
Somos hipertensos (nuestro corazón late de verdad de forma intensa) y dramáticos, aquí nací, aquí aprendí a amar. Así es la gente de mi pueblo, así son las cosas en esta parte de mi planeta, de mi ombligo, dirían ciertamente. Acá no hay medias tintas. Acá se vive en los suburbios de la misma forma que en las zonas residenciales.
Acá hay, todavía, harto amor en casi todas las familias. Como aquel miércoles en el centro de Celaya, un hombre de mediana edad, ataviado aún con el traje del taller y con los zapatos llenos de aceite tenía suficiente con dos brazos para darles amor a sus tres hijas y aún más, a la mujer. Las cuatro, no cabían en la emoción y se deshacían en caricias y miradas.
El padre, correspondiendo a la petición, les dió los doce pesos para que las hijas, compraran esas tres estampas y las sotearan. La mamá, con otros diez pesos compraba una concha gigante -me refiero al pan, no a la comodidad- para cenar. Y yo pensaba en los altos funcionarios que piensan en el IVA y en el ISR y en el impuesto por ir casi al baño. Ah... es cierto, ahora ya en cualquier sanitario, tanto en las terminales de autobuses, como en las gasolineras... ya incluso cobran por ir a cagar. ¿Y los que la cagan más seguido son más pobres? Ser estreñidos hoy en día, genera ahorro.
Bon Anniversaire!
Fz., con el alma vuelta al cuerpo, saliendo del asombro y recuperándome.
Con el ángel de la guarda.
Ctzr., Noviembre 30, 2009.
P.D. Al final hablé escatológicamente. ¡Carajo!