
¿Cómo no amarte?
¿Cómo no amarte cuando a uno no le preocupa si los comensales alcanzan o no pastel, si hay aún café o no... si la botella de whisky ya se terminó o si van a traer más ginger ale?
¿Cómo no amarte en estas noches de tanto frío donde mis brazos te extrañan tanto y mis labios desean con ansia tus besos?
¿Cómo no regalarte un suspiro cuando Alex me pregunta como casi siempre últimamente..."¿ya te mandó mensaje?" y yo contesto encojiéndome de hombros?
¿Cómo no amarte cuando me has dado uno de los mejores días de mi vida y definitivamente el mejor de este año?
¿Cómo no amarte cuando me tratas como a un niño y me cuidas el sueño y me procuras salud y me llevas de la mano -salvo cuando estamos cerca de tu casa y tu madre te puede ver y te vaya a regañar-?
¿Cómo no amar esos labios tuyos, esas manías tuyas, esas locuras tuyas, esos detalles maravillosos que a veces tienes?
¿Cómo no amarte cuando las canciones vienen a ser una confirmación de este amor mío por tí? ¿Cómo obviar a la Arrolladora o a José Alfredo, cómo no amar a Joan Sebastian o a Serrat, cómo no gozar a Sabines o a Benedetti, cómo no sonreír con Fidel Rueda o Adán Romero?
¿Cómo no agradecer a Dios -ese tipo torpe con las manos- todas estas señales suyas a lo largo de estos días, que no hacen otra cosa sino reivindicar que te amo?
Es que tendrías que estar en Quintana Roo 22 con gente que ni me conoce y dice que tengo cara de idiota (independientemente de los genes) cuando recibo sms o llamadas, es que tendrías que leer las conversaciones del msn o los comentarios en estos espacios míos que tanto adoro. Es que habría que conocer mi historia de vida -incluso esas cosas no tan gratas de mí- para darte cuenta de la real dimensión de tu presencia en mi existencia.
Contigo uno tiene que preguntar a veces de qué humor vienes, pero también puede uno tener la certeza que casi siempre tendrás la disposición de amar.
Por si no quedó muy claro te lo repito, como el lunes en nuestra cama, desnudos y con el corazón en los labios y la humedad en nuestros cuerpos:
Estoy aquí por la misma razón por la que respondí a Teleritmo. Estoy aquí por la misma razón por la que fui a Soriana aquel primer día y tomé un chai que no estaba bueno.
Estoy aquí por la misma razón por la que un día te pedí que fueras mi novia después de darnos ese beso con sabor a Modelo y a pizza.
Estoy aquí por la misma razón por la que te traje a mi mundo y te presenté con él. Estoy aquí por la misma razón por la que he hecho a un lado los horarios establecidos, reorganizado mi agenda y faltado a partidos de futbol o comidas comunitarias.
Estoy aquí por la misma razón por la que algún día caminé con los ojos llenos de lágrimas y sin dar vuelta la cabeza por 2 de abril al medio día.
Estoy aquí por la misma razón por la que estuve esperando junto a la bola del agua mientras tenía LA TREGUA entre mis manos.
Estoy aquí por la misma razón por la que te mando correos, me conecto al msn, te mando sms o te escribo cosas; por la misma razón por la que te pongo canciones o a veces sin querer se me sale una que otra lagrimona.
Estoy aquí por la misma razón por la que a veces me enojas o me chocas (aunque no lo demuestre o no lo diga). Estoy aquí por la misma razón por la que a veces me haces feliz y gozo (y procuro generalmente comunicártelo).
Por algo no estuve el día de hoy esperándote... pero bueno, tú decidiste que no fuera... me dijiste que mejor no. Claro, por algo pasan las cosas. Tal vez en el camino te arrepentiste y te hubiese gustado que estuviera hoy pero no fue así... yo, literalmente, ni señales.
Sea como sea, estos días me han servido para darme cuenta de cuánto amor hay en mí por tí. Me han mostrado que yo nací para amarte... que hace mucho que decidí estar contigo aunque tú decidas no tenerme en tu vida. Que hace mucho que eres importante, que hace un rato que te necesito en mi vida.
Enfermo y mocoso, ronco y con tos, buscando un nuevo empleo y queriendo recuperar unos cuantos sueños, llego aquí contigo, me entrego, me pongo en tus manos y me cuidas y me tomas y me escuchas, y secas mis lágrimas y me quieres y me extrañas.
Me das todo ESO Y MÁS... y yo me quedo solo en mi cuarto, mirando la misma ventana de siempre, mientras me convenzo más y más y más y más de cuánto te amo. ¡Cuánta nostalgia tuya! ¡Cuánta falta me haces! Hoy por lo pronto, me quedo con la tranquilidad y la alegría de saberte feliz.
Espero que tu "hoy más que nunca soy feliz" se convierta en un mañana, en un pasado mañana, en un miércoles, en un toda la semana... que se prolongue, que se haga una costumbre. Si la soledad también puede ser una llama, ¿por qué la felicidad no puede ser una costumbre?
Dejemos, CIELO, que nos vaya un poquito bien.
Te invito a que nos vaya bien y mientras esperamos, tomemos un café y veamos pasar al mundo, porque el mundo se detiene cuando tú y yo nos amamos.
Fz, en Corta, el 23 de noviembre, a eso de las 23:04 hrs. pensando y extrañando a "la inquilina".